viernes, 20 de febrero de 2015

Penitencia


Desde el campus Newman, en la Universidad de Minnesota-Duluth:

Una vez, al salir de clases, volví a confesarme después de mucho tiempo y de muchos pecados, y el sacerdote me puso de penitencia un Avemaría.

Me quedé parado.

- "¿Padre? ¿Ha oído todo lo que he dicho?"

- "Sí"

- "¿No cree que debería recibir una penitencia mayor?"

Me miró con gran amor y dijo: "No. Esta pequeña penitencia es todo lo que te pido". Dudó, y después, prosiguió: "Pero deberías saber que ayunaré por ti los próximos treinta días".

Me quedé sin palabras. No sabía qué hacer. Me dijo que el Catecismo enseña que el sacerdote debe hacer penitencia por todos aquellos que van donde él para la Confesión. Y allí estaba, asumiendo la penitencia fuerte por mis pecados.

Recordad: la Confesión es siempre un lugar de victoria... Es tremendamente sorprendente.

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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...