En el precioso libro de José Miguel Cejas, "Los cerezos en flor. Relatos sobre la expansión del Opus Dei en Japón", hay muchos episodios que te hacen pensar. Por ejemplo, Mikiko Yokouchi nos recuerda que para los japoneses "tener espíritu de bambú" significa saber adaptarse, saber curvarse cuando hace falta, a las diversas situaciones de la vida, sin quebrarse nunca.
(En broma, comentaba, que habría que inventar en Nicaragua alguna consideración provechosa para un supuesto "espíritu de mango")
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