sábado, 21 de septiembre de 2013

Caravaggio


Paseando por Roma en Semana Santa, cuando el viaje con el UNIV, entramos en la Iglesia de San Luis de los franceses. Y allí pudimos ver el famoso cuadro de Caravaggio sobre la Vocación de Mateo.

Como en otras jornadas anteriores, Leví el publicano estaba sentado en su banco, cobrando impuestos: un trabajo digno, aunque a muchos de sus contemporáneos les pareciera despreciable. Pero aquel día todo cambió. La voz de Cristo, que pasaba a su lado, sonó escueta e imperiosa: "vio Jesús a un hombre sentado en el telonio, llamado Mateo, y le dijo: sígueme" (Mateo 9, 9)
Jesucristo se adentró en su vida para siempre, pidiéndole la entrega de todo cuanto era y cuanto tenía. Quizá Mateo, como le llama el Evangelio, no había pensado nunca en otro porvenir que el que le deparaba su trabajo; pero ante la llamada del Señor, precisamente allí, en su trabajo, responde inmediatamente y acoge en su alma la vocación divina: "él se levantó y le siguió" (Mateo 9, 9)

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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...