Desde África escribe el profesor Kabamba:
¿Es una carga el encargo?
La verdad es el encargo que aparece a lo largo de mi vida.
Un encargo que no es carga, pues la verdadera verdad es amorosa.
No está de moda el enamoramiento, pero el que no sabe qué es enamorarse no sabe qué es la verdad.
Uno se enamora de una mujer porque descubre que esa mujer es verdad, es decir, no una mera hembra de la especie, sino la tarea de mi libertad.
De un ejemplar hembra de la especie, no se enamorará nadie (se limita a ser atraído por ella)
Sólo cuando, de pronto, una mujer resplandece, uno dice: "es ésta". Aquí está la razón de mi vida. Y tiene lugar el acontecimiento de la verdad.
Hay gente que rehuye enamorarse cuando advierte que está a punto de acontecer. Por ejemplo, un egoísta que se lo pasa bomba y, de pronto se encuentra instado por la verdad y pega la espantada: "menudo lío las complicaciones del matrimonio.
Pero el hombre que tiene suficiente agudeza se dice: "para mí, la realidad que me sale al encuentro de un modo radiante, es imprescindible, embarco mi ser en ello"
Eso es ser libre, no carga sino encargo. Eso es destinarse.
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