Esta foto me ha recordado una anécdota predicada por un santo sacerdote:
Había en un café un personaje famoso. "Se paraba la gente a contemplarlo. Un niño salió de la muchedumbre, pasó una mano por el traje del hombre que todos admiraban, y volvió con la cara radiante, diciendo a gritos: ¡lo he tocado!"
La conclusión se refería a la Eucaristía, ya que podemos tocar a Cristo todos los días: "El tacto es el sentido más burdo, pero se puede ennoblecer. Más aún, nosotros tenemos obligación de ennoblecerlo..."
1 comentario:
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Vive Eto'o !
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