Se ha encontrado en Puerto Rico un poema manuscrito de Juan Ramón Jiménez. Parece ser que estaba destinado a cerrar la obra "Dios deseado y deseante".
Dice así:
"Partimos de Dios
en busca de Dios,
sin saber qué buscamos.
El dios con minúscula,
el dios bajo cielo,
el cielo que es mar,
sobre aire que es cielo,
¡entre aire y marcielo,
y que es pleamar,
y que es pleacielo!
El dios deseante,
el dios deseado,
-¡el dios deseado y deseante!-
me trae este Dios,
un dios Dios tan Dios
¡un dios: Dios, Dios, Dios!
...que al cabo de todos los cabos,
que al borde de todos los bordes
un día encontramos.
Cada vez más suelto, y más desasido;
cada vez más libre, más ¡y más! ¡y más!
a una libertad de puertas de Dios.
Y entonces una puerta se abre... y ¡más libertad!
Estoy pasando la cuerda,
la cuerda que Tú me has tendido,
Dios mío, mi dios, ¡Dios mío!
¡Dios mío, no soples, Dios!
Siento la inminencia del dios Dios,
del Dios con mayúscula,
-el que nos enseñaron cuando niños
y no aprendimos-
¡Dios se me cierne en apretura de aire!
Se me está viniendo Dios
en inminencia de alma!
¡Se me está acercando Dios
en inminencia de amor!
¡Se me está llegando Dios
en inminencia de Dios!"
Sirva este poema para recordar a D. Roberto Rosales, papá de Choby y del Chino, que se asomaba desde la Antigua Guatemala a este blog, y que partió para Dios hace poquitos días.
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