Después de haber indicado la Virgen a los servidores de las bodas de Caná: "haced lo que El os diga", el Señor les ordenó: "llenad de agua aquellas tinajas. Y las llenaron hasta arriba". Probablemente no entendieron entonces el porqué de tal encargo, y sólo después del milagro comprobarían su eficacia. Pero realizaron fielmente su cometido, y Dios se sirvió de aquel trabajo de poco relieve, pero generoso y bien hecho: "hasta arriba", "hasta el borde".
En la foto, una reproducción de aquellas tinajas, en el propio Caná.
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