jueves, 8 de diciembre de 2022

Conchita C-27: La Purísima

 


Managua, 9 de diciembre de 2022

Querida mamuchi

Esta vez empiezo yo porque quiero contarte de nuevo lo que te hablaba todos los años por teléfono el 8 de diciembre, la fiesta tuya, la fiesta de las "conchitas" Aunque ahora lo habrás comprobado directamente desde el Cielo.

El 7, en la noche, estuve en la "gritería" en la ciudad de León. Hice de anfitrión de gente de la Obra con la que estoy pasando unos días de descanso en nuestra casa de convivencias de El Carrizal.


 

Estuvimos cuando el obispo salió al atrio de la Catedral para el grito: ¿Quién causa tanta alegría? Y todo el pueblo que llenaba la plaza del parque contesta: ¡La Concepción de María!

Y entonces empieza el recorrido por las calles, de casa en casa, cantando delante de los miles de altares que asoman a la calle. Con imágenes bellísimas de la Purísima, como la que encabeza esta carta.

Se cantan las canciones típicas de Nicaragua a la Inmaculada. Y se repita innumerables veces el grito. Añadiendo ¡María de Nicaragua! ¡Nicaragua de María!


Al terminar los cantos, desde cada casa te regalan lo que se llama la "gorra": toda clase de dulces y caramelos, azúcar, panas, peines, jabón etc

Lo bonito también es que te vas cruzando con gente conocida y siempre se saluda con el grito.


En la foto, con mis amigos Kenneth y Marta, ambos son médicos. Me los encontré en la gritería.

Como ves, sigo celebrando tu día por todo lo alto. En cada altar que visitaba miraba a mis dos madres del Cielo. 

Me ha gustado mucho la foto que manda Ricardo con Chari delante del monumento a la Inmaculada en la plaza de santa Catalina, en Murcia, pues esa era una de nuestras costumbres del día 8, después de desayunar churros con chocolate. Ricardo, que ese mismo día celebra su cumpleaños.


¡Felicidades Ricardo! ¡Felicidades mamá! ¿Quién causa tanta alegría? ¡La Concepción de María! ¡Que viva la Virgen!

Alfredo


Y ahora, la carta de Fede:

Kinshasa, 9 de diciembre de 2022

Mamaíca mía:

Pasó el día de tusanto y no pude cantarte por teléfono las mañanitas. Pero sé que las oíste, porque tengo conexión con el Cielo.

¡Mira que ya amaneció!

Te pido un regalo: que me envíes un poco de tu luz.

Muchas veces he utilizado el mito de la caverna de Platón para explicar que lo que vemos por aquí son sólo las sombras de la realidad.


Ahora me gustaría que le dieras la vuelta al mito, y en vez de enviarme sombras que me envíes luces.

Alfredo me mandó un recuerdo de su amigo Alfred Hitchock, al que le preguntaron cómo hacer una buena película. Él respondió que una película es la vida sin las partes aburridas.

Y otro amigo de Alfredo le dio la vuelta a la frase diciendo que la vida es una película con las partes aburridas.

¡Es una verdadera película! De las buenas.

Y una de esas escenas me ocurrió el otro día. Había pensado que el parchís era un juego de españoles. Y me vi en Los Urrutias (pueblo veraniego donde pasábamos las vacaciones) eligiendo los colores: Alfredo, rojo. Amali, azul. María Luisa, verde. Y yo, amarillo.

Y cuál fue mi asombro cuando saliendo a la calle me encontré con mis vecinos ¡jugando al parchís!

Les pregunté si podía hacerles una foto para mandársela a mi mamá. Sonrieron como siempre.


La vida es una película llena de sorpresas. Si es así, aquí, qué será Allá.

Bueno, pues ya estamos esperando al Papa Francisco que llegará a Kinshasa el 31 de enero.

Te quiere tanto, tu hijo

Fede



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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...