Hoy presenta esta acuarela sobre papel de Arthur Hopkins.
En ella se percibe el interés del artista por transmitir una imagen dulce e inocente de una niña que llama a una puerta azul. Está de pie sobre las puntas de los pies y aún no puede alcanzar la aldaba. Se acerca con una cesta, probablemente con regalos. Como el ojo de la cerradura está a la altura de sus ojos, tal vez haya mirado a través de él para ver si hay alguien dentro.
En cualquier caso Jesús nos dice hoy: "Llamad y se os abrirá" (Lucas 11, 9)
Así que, tanto si podemos alcanzar la aldaba como si no, siempre podemos llamar a la puerta y se abrirá.
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