jueves, 23 de septiembre de 2021

Un santo es...

 


Ahora que se acerca el 2 de octubre, me ha vuelto a impresionar una cita de Pilar Urbano en El hombre de Villa Tevere:

"Un santo es un avaricioso que va llenándose de Dios, a fuerza de vaciarse de sí.

Un santo es un pobre que hace su fortuna desvalijando las arcas de Dios.

Un santo es un débil que se amuralla en Dios y en Él construye su fortaleza.

Un santo es un imbécil del mundo -stulta mundi- que se ilustra y se doctora con la sabiduría de Dios.

Un santo es un rebelde que a sí mismo se amarra con las cadenas de la libertad de Dios.

Un santo es un miserable que lava su inmundicia en la misericordia de Dios.

Un santo es un paria de la tierra que planta en Dios su casa, su ciudad y su patria.

Un santo es un cobarde que se hace gallardo y valiente, escudado en el poder de Dios.

Un santo es un pusilánime que se dilata y se acrece con la magnificencia de Dios.

Un santo es un ambicioso de tal envergadura que solo se satisface poseyendo cada vez más y más ración de Dios...

Un santo es un hombre que todo lo toma de Dios: un ladrón que le roba a Dios hasta el Amor con que poder amarle. Y Dios se deja saquear por sus santos".

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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...