domingo, 6 de junio de 2021

William


 Esta madrugada de ¡Domingo! fallecía mi buen amigo William Colleman, después de haber pasado varias semanas en el hospital afectado por el covid.

Como nuestro Jesús, la cama de la UCI con el ventilador, los tubos, cateter, sueros... ha sido la cruz desde la que habrá podido oír: "Te lo aseguro HOY estarás conmigo en el Paraíso"

He buscado enseguida consuelo en la Misa, renovación del Sacrificio Redentor que nos lleva a la Resurrección y asombrosamente lo he encontrado con las palabras inspiradas de la segunda lectura:

 "Nuestros sufrimientos momentáneos y ligeros nos producen una riqueza eterna, una gloria que los sobrepasa con exceso. Nosotros no ponemos la mira en lo que se ve, sino en lo que no se ve, porque lo que se ve es transitorio y lo que no se ve es eterno. Sabemos que, aunque se desmorone esta morada terrena, que nos sirve de habitación, Dios nos tiene preparada en el cielo una morada eterna, no construida por manos humanas" (2 Corintios 4, 16-18)

Conocí a William cuando trataba de conquistar a Dulce. Asistí a su matrimonio hace nueve años. Dios los bendijo con tres hijas: María Valentina, María Victoria y María Valeria. Ahora más esposo y padre que nunca.

Muchas veces me visitaban en Villa Fontana. Y yo comprobaba que es una realidad que el matrimonio, la familia, es camino de santificación.

¡Cómo crece nuestra "Comunión de los santos"!

No hay comentarios:

En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...