jueves, 15 de octubre de 2020

Retrato de Santa Teresa

 


El 15 de octubre siempre me gusta contar algo de Santa Teresa:

"Jerónimo Gracián, confesor y superior de Teresa de Jesús, le impuso a la Madre, en una ocasión, una penitencia que a ella le resultó muy áspera.

Consistió en dejarse retratar por un pintor poco diestro. Era uno de los primeros carmelitas descalzos, y se llamaba fray Juan de la Miseria.

De origen napolitano, Juan Narduch (que así se le conocía en el siglo) había aprendido pintura en el estudio de Sánchez Coello. Pero no igualó nunca a su maestro en el arte de los pinceles.

El cumplimiento de la penitencia tuvo lugar en Sevilla, poco antes de la marcha de la fundadora, en mayo de 1576, cuando ya había dejado establecido su Carmelo en la ciudad hispalense.

Asó lo narra el propio Gracián:

'Pues teniendo aparejada sus colores y su lienzo, la llamó. Y él tenía obediencia de que lo hiciese lo mejor que supiese, y ella que le obedeciese. Y así, sin mirar más primores, la mandaba poner el rostro en el semblante que quería, riñendo con ella si tantico se reía o meneaba el rostro. Otra vez, no contentándose, tomábale él mismo la cara con sus manos y volvíala a la luz que le daba más gusto. Toda esta mortificación sufría la Madre con mucha paciencia, sufriendo mucho tiempo el estar sin menear la cabeza con las incomodidades que el otro tenía por comodidades para su pintura...

Y con todo eso, aunque salió razonable, no representa la gracia y donaire que tenía la santa Madre en su rostro, que aun los muy grandes pintores no la aciertan a retratar en todos los rostros, aunque saquen muy al vivo las facciones.

Y así dijo la santa Madre después que miró el retrato: 'Dios te lo perdone, fr. Juan, que me has hecho padecer aquí lo que Dios sabe, y al cabo me has pintado fea y legañosa'

Es bien se haya declarado esto, porque no piense alguno que hacer retratar a la santa Madre llevó rastro de vanidad, sino que todo comenzó de mortificación."

Este retrato se conserva en el convento de las carmelitas descalzas de Sevilla.

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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...