Hoy, tradicionalmente Viernes de Dolores, he vuelto a meditar una 'letio divina' que nos dirigió Mons. Silvio Báez a los sacerdotes el pasado diciembre.
¡Cuánto voy a echar de menos durante un tiempo esas frecuentes meditaciones de nuestro obispo auxiliar!
Metiéndonos en la escena de la Virgen Inmaculada junto a la Cruz, nos hacía ver ese Misterio de santidad al no ahorrarle ningún dolor. Ambiente de hostilidad y vulgaridad, gritos ofensivos. Y allí está Ella, viviendo esa historia.
Nuestra Señora de la No Violencia. No hay sentimientos de venganza. Callada. Optando por ese camino.
Añadía título tras título sin que sobre ninguno: Nuestra Señora del Silencio de Dios. Nuestra Señora de lo Incomprensible. Cree, confía...
Es la llena de gracia en un mundo sin Dios
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