miércoles, 22 de agosto de 2018

Reina del mundo y de la paz


Preciosa la lectura patrística del oficio de lecturas del día de hoy. Está sacada de una homilía del obispo San Amadeo de Lausana:

"Convenía que la Madre virgen, por el honor debido a su Hijo, reinase primero en la tierra y, así, penetrara luego gloriosa en el Cielo; convenía que fuera engrandecida aquí abajo, para penetrar luego, llena de santidad, en las mansiones celestiales, yendo de virtud en virtud y de gloria en gloria por obra del Espíritu del Señor.

Así pues, durante su vida mortal, gustaba anticipadamente las primicias del reino futuro, ya sea elevándose hasta Dios con inefable sublimidad, como también descendiendo hacia sus prójimos con indescriptible caridad.

Los Ángeles la servían, los hombres le tributaban su veneración.

Gabriel y los Ángeles la asistían con sus servicios; también los Apóstoles cuidaban de Ella, especialmente san Juan, gozoso de que el Señor, en la Cruz, le hubiese encomendado su Madre virgen, a él, también virgen.

Plena hasta rebosar de grandes bienes, hacía derivar ríos de paz y torrentes de gracia celestial. Por eso, cuando la Virgen de la vírgenes fue llevada al Cielo por el que era su Dios y su Hijo, el Rey de reyes, en medio de la alegría y exultación de los Ángeles y Arcángeles y de la aclamación de todos los bienaventurados, entonces se cumplió la profecía del salmista, que decía al Señor: De pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir."

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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...