miércoles, 27 de junio de 2018

Ciudad de las almas felices


Con motivo de la publicación de un nuevo y apasionante libro titulado: "El último romántico. San Josemaría en el siglo XXI" he leído una entrevista a su autor, Mons. Mariano Fazio (Buenos Aires, 1960)

Mons. Mariano Fazio, vicario general de la Prelatura explica que no es una biografía sobre el fundador del Opus Dei, ni un estudio teológico, ni una recopilación de textos, sino que se trata de presentar de forma ordenada algunas de las consecuencias de la luz recibida por san Josemaría hace noventa años, y que hoy cobran relevante actualidad.

El libro parece, pues, interesantísimo porque las propuestas de San Josemaría proceden del Evangelio y por eso son tan necesarias para el siglo XXI: la alegría de ser hijos de Dios, el trabajo como lugar de santidad, el carácter positivo de la secularidad, la importancia de la vida familiar y del amor, el valor de la pluralidad, la repercusión social de la vida de cada cristiano...

En la entrevista se comienza con una pregunta y una respuesta que hacen pensar:

- Conoció a san Josemaría en Argentina. ¿Qué recuerda de aquel encuentro?

- Recuerdo a un sacerdote que lució una sonrisa de oreja a oreja, y que transmitía con naturalidad una gran alegría; sus palabras eran positivas, animantes, comprensivas, y, a la vez, amablemente exigentes. La sonrisa de su rostro quedó grabada en mi memoria y en mi imaginación, y ha supuesto un aliciente para procurar sonreír, también cuando aparentemente no hay motivos para hacerlo.


Yo tenía apenas catorce años y sabía muy poco del Opus Dei. Allí había muchos estudiantes y universitarios, todos con ganas de grandes ideales. Tengo que reconocer que recuerdo pocas cosas de las que nos dijo san Josemaría, pero una frase me quedó grabada en el corazón: "Buenos Aires tiene que ser la ciudad de las almas felices".

Regresé a casa con un horizonte existencial distinto del que tenía antes de mi encuentro con él.


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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...