lunes, 10 de octubre de 2016

Visitar a los encarcelados


Con motivo del Año Jubilar el Prelado del Opus Dei ha ido comentando, una por una, las obras de misericordia.

He aquí un pequeño fragmento de esas reflexiones, en este caso sobre la tradicional sexta obra de misericordia corporal: Redimir al cautivo.

"Otra obra de misericordia clara es acudir a visitar a los encarcelados. De nuevo volvemos a mirar a Cristo: el Señor de la Tierra estuvo cautivo la noche previa a su crucifixión. ¡Qué horas tan amargas para Jesús! Le privaron de la libertad encerrándolo, mientra aguardaba un juicio y una condena absolutamente injustos, inicuos. Paradójicamente, en un acto de completa libertad, aquel Prisionero, con mayúscula, -despreciado por todos-, nos estaba liberando del pecado y no desdeñaba ese servicio porque es el Hijo de Dios, hermano de todos los hombres y mujeres.

Quien está privado de libertad necesita ser confortado en la esperanza. Por eso, en numerosas ocasiones, los Papas, también el Papa francisco, han ido a visitar a los presos, y les han transmitido palabras de aliento, invitándoles a aprovechar ese periodo de sus vidas para abrirse a Dios. 'Cuando Jesús entra en la vida -dijo el papa Francisco en una cárcel de Bolivia-, uno no queda detenido en su pasado sino que comienza a mirar el presente de otra manera, con otra esperanza. Uno comienza a mirar con otros ojos a su propia persona, a su propia realidad. No queda anclado en lo que sucedió, sino que es capaz de llorar y encontrar ahí la fuerza para volver a empezar'..."

(Días atrás, el Cardenal Arzobispo de Managua visitó la cárcel y administró el Sacramento de la Confirmación a 60 reclusos. cfr foto)

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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...