Muchas veces las cartas -ahora más un e-mail, un mensaje, un tweet o un whatsapp personalizado- pueden abrir caminos.
Recuerden el buen panegírico (elogio) que sobre el "apostolado epistolar" viene expresado con aquellas líneas que llegaron a san Josemaría:
"...No sé cómo emborronar papel hablando de cosas que puedan ser útiles al que recibe la carta. Cuando empiezo, le digo a mi Custodio (el Ángel) que si escribo es con el fin de que sirva para algo. Y, aunque no diga más que bobadas, nadie puede quitarme -ni quitarle- el rato que he pasado pidiendo lo que sé que más necesita el alma a quien va dirigida mi carta"
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