domingo, 23 de agosto de 2015

Horizonte sin término


El filósofo Nietzsche decía que la verdad es un fardo insoportable. Pero es porque al no saber amar, no entiende la felicidad de la Providencia. No deja cabida a la sorpresa de ser "predilectos" de Dios. ¡Hijos!

La verdad no es el desvelamiento de un ser mastodóntico, monolítico. Eso sí que es un fardo.

Lo más propio de la verdad es la apertura de un horizonte sin término.

El Ser nos guarda maravillas insospechadas. Es una fuente eterna.

Aceptar la verdad no significa someterse a algo externo que se nos impone. La verdad libera, no esclaviza; abre a la trascendencia, no cierra posibilidades.

La verdad despierta el amor y nos hace creativos. Agustín de Hipona lo expresó bien: ama y haz lo que quieras.

La verdad no es el término de un camino, sino la fuente de inspiración para que la persona desarrolle su libertad

(Del 24 al 28 de agosto estaré en San Rafael del Norte. Jinotega, predicando el retiro anual a los sacerdotes de esa diócesis)

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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...