Este año, en su mensaje para la Cuaresma, el Papa toca el amplio tema de la justicia. Refiriéndose a la clásica definición de esta virtud -dar a cada uno lo suyo-, Benedicto XVI explica que aquello de lo que el hombre tiene más necesidad no se le puede garantizar por la ley. Para gozar de una existencia en plenitud, necesita algo más íntimo que se le puede conceder sólo gratuitamente: podríamos decir que el hombre vive del amor que sólo Dios, que lo ha creado a su imagen y semejanza, puede comunicarle.
Que estas palabras no se las lleve el viento. En todo caso el Viento del Espíritu Santo para remover los corazones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario