En una ocasión en la que saludé a Mons. Álvaro del Portillo me recordó: En Murcia hace mucho calor, pero donde de verdad tiene que hacer calor es en nuestros corazones de hijos de Dios.
Hoy, 23 de marzo, fecha de su tránsito al Cielo, he rememorado esas breves palabras, entre otras cosas porque el termómetro de Villa Fontana, aquí en Managua, marcaba 36 grados...¡dentro de la casa!
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