Comprobó que era un repartidor de leche que comenzaba su ronda saludando al Señor en el sagrario mientras repetía a modo de ofrecimiento: "Jesús, aquí está Juan, el lechero".
San Josemaría se conmovió ante el amor sencillo y espontáneo de aquel hombre. Y se quedó todo el día repitiendo al Cielo: "Señor, aquí está este pobre sacerdote que no te sabe amar como Juan el lechero".
La foto es del Bando de la huerta, en Murcia.
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