sábado, 24 de abril de 2021

El modesto profesor

 


De nuevo mi amigo Jaime Nubiola, profesor de filosofía, pienso acierta de lleno al hacer unas consideraciones sobre uno de los defectos, quizás el más generalizado, entre los que se dedican a la enseñanza: la vanidad.

Vanidad que se muestra en el enfado ante las críticas o los supuestos menosprecios, y en la envidia al compararse con colegas que tienen más "éxito", que son más citados o que reciben más reconocimientos. Además, los sistemas de promoción académica favorecen ese estilo de vida que, en vez de buscar la verdad, solo aspira al reconocimiento público.

Frente a esa pretensión de "ser famoso" - añade Jaime- hay que defender y promover el ejemplo del modesto profesor que procura impartir bien sus clases, que atiende afectuosamente a sus alumnos y que da a conocer humildemente lo que sabe.

Frente a la fría brillantez del famoso, la cálida acogida de alguien que quiere de verdad que sus alumnos crezcan. 

No hay comentarios:

En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...