lunes, 31 de diciembre de 2018

Nochevieja


Divertido y provechoso lo que cuenta Enrique:

"Una noche de fin de año decidí hacerme el griego. Pensé que, como los clásicos, echaría cada noche a una bolsa una piedrecita blanca si el día había sido bueno, o una piedrecita negra si el día había sido negro.

En la siguiente Nochevieja sumaría mis cálculos y sabría mis días exactos de felicidad en cómputo anual.


La idea tenía empaque grecolatino; pero, durante la primera semana, me di cuenta de que me resultaba imposible. No había ningún día blanco inmaculado, jamás, porque, en el mejor de los casos, siempre pudo haber sido mejor.

Y no había ningún día negro como el tizón, porque, como mínimo, mi arrepentimiento, tras juzgarme, lo redimía.

Siendo católico, el efecto aumentaba: ¿cómo iba a ser negro un día en el que había comulgado?, ¿cómo sería blanco un día en el que podría haber sido más piadoso?

Entre tantas acciones de gracias y tantos propósitos de enmienda, mis piedrecitas acababan siendo grises todos los días."

FELIZ 2019

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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...