A unos 45 minutos desde la bahía de la ciudad de Panamá, en un barco a unos 12 nudos de velocidad se llega a la isla de Taboga.
Un pueblecito de pescadores y dos pequeñas playas. Hasta allí llegamos en un paseo hace pocos días.
Hoy leía en el Evangelio aquella invitación del Señor: "Venid a un lugar apartado y descansad un poco" (Marcos 6, 31) Enseguida me he acordado de Taboga.
Ya queda poco para dejar Panamá.
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