Aquí estoy con el P. Jesús, el P. Rafael, el P. José Rodolfo y el P. Hernán. Fueron alumnos míos en el Seminario y ahora son todos párrocos en distintos pueblitos. Todos los días, después de Misa, hay una invocación que dice: ¡Oh buen Jesús, haz que sea un sacerdote según tu Corazón!
2 comentarios:
Ciertamente que la misión desde la perspectiva humana no es nada fácil, pero el éxito es indudable cuando leo que es Dios mismo quien entregará a cada uno de los nuevos sacerdotes la gracia para que sean cada día el sacerdote que Dios desea.
Muchas gracias a Dios por las vocaciones, por las constante entrega y el Si continuo de los sacerdotes.
Gracias Padre Alfredo por su labor y por su sitio. Espero que sitios como el suyo inunden la red para que este medio sea también fuente de salvación y de esperanza para la humanidad.
Desde Boston, EU
Precisamente acabo de leer que el cardenal O Malley, de Boston publica semanalmente comentarios en www.boston200.org.
Saludos para tu mamá, Erick, en el día de la madre. Añoro sus "queques"
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