sábado, 24 de enero de 2015

Educar para jugar


Harald me manda esta foto de familia: abuelos (él haciendo la foto) hijos, nietos... jugando al ¡Monopoly!

"Educar es mantener la capacidad de soñar, de jugar y de sonreír...
También educar en la fe es todo lo contrario de la tristeza y el pesimismo, de la rigidez en los esquemas mentales o de la fijación en el mero esfuerzo.
Educar en la fe es educar no en la ingenuidad, sino para amar a Dios y a los demás con hechos. Y en ese horizonte se esconde la belleza del juego.
Cabría decir que la búsqueda de la verdad, del bien, de la unidad a través de la belleza son las 'reglas del juego' tanto en la vida humana, como de modo más pleno, en la vida cristiana"

¿Saben quién ganó la partida?
¡Margarita!
¿Y la primera en ser eliminada?
¡Yelba, la abuela!


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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...