Ha comenzado el mes de noviembre donde meditamos especialmente sobre la vida eterna. La fe nos dice que la vida eterna es la que comienza inmediatamente después de la muerte. Esta vida no tendrá fin; será precedida para cada uno por un juicio particular por parte de Cristo, juez de vivos y muertos, y será ratificada en el juicio final.
"Cuando te vea por primera vez, Dios mío, ¿qué te sabré decir? Callado, esconderé mi frente en tu regazo...y lloraré, como cuando era niño. Tus ojos mirarán todas mis llagas...Te contaré después toda mi vida...¡aunque ya la conoces! Y Tú, para dormirme, lentamente, me contarás un cuento que comienza: Érase una vez un hombrecillo de la tierra...y un Dios que le quería con locura..."
No hay comentarios:
Publicar un comentario