"¿Con quién compararé a los hombres de esta generación?... Se parecen a esos niños que se sientan a jugar en la plaza y se gritan unos a otros: Tocamos la flauta y no han bailado..."
El Señor aplica su pedagogía divina, para hacernos entender cómo ha de ser el amor que de nosotros espera. La alusión sencilla a una canción popular o a un juego infantil de entonces, le sirve para animarnos a responder a los requerimientos de su gracia.
Es tiempo de amor, de santidad... La llamada a la santidad se está popularizando.
Hay una canción que con frecuencia me gusta cantar, cuya letra dice algo así como: "Hay que romper a cantar porque con hablar no basta... es la hora de la ronda, el Amor pasa..."
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