jueves, 31 de enero de 2019

Tierra Santa: Las 8 puertas de Jerusalén


Ya van quedando muy pocos días de mi estancia en Israel y hoy el plan era a iniciativa de cada uno, así que acompañado de Joao (Portugal) y Vicente (Brasil) decidimos aprovechar la mañana para ir de nuevo a la Basílica del Santo Sepulcro y luego callejear por la ciudad vieja, sobre todo por el barrio cristiano y el barrio árabe.

Ya nos conocemos bien los trayectos y las 8 puertas para entrar y salir de Jerusalén, en realidad son 7 porque la Puerta Dorada está sellada.

El bus siempre nos deja y nos recoge en la Puerta de Jaffa, también llamada Puerta de la Torre de David. Sirve de acceso a los barrios cristiano y judío y está situada al oeste de la ciudad. De ahí se sale hacia Tel Aviv, hacia Saxum también.


Luego están la Puerta de los Leones o de San Esteban porque allí fue martirizado el santo. Está en el este de la ciudad, la que da al Cedrón y Getsemaní.

La Puerta de Sión en el sur. Por ahí se entra a los barrios armenio y judío.

La Puerta de la Basura, porque por ahí antiguamente se sacaba la basura. También en el sur, es muy transitada porque da al Muro de las Lamentaciones y a la Explanada del Templo.

La Puerta de Herodes se encuentra al norte y da acceso al barrio musulmán.

La Puerta Nueva está en el oeste y se accede al barrio cristiano.

La Puerta de Damasco se encuentra, igual que la de Herodes en la muralla norte (foto primera de esta entrada), apuntando hacia la capital de Siria. Es imponente y la más bulliciosa ya que da acceso directo al zoco del barrio musulmán.

Por ahí anduvimos hoy admirándonos del colorido de las estrechas calles llenas de pequeñas tiendas donde te venden de todo en todos los idiomas. Muchas de ellas de objetos religiosos.


Y entrecruzándote con coreanos, rumanos, japoneses, italianos, rusos, alemanes... y gentes con las pintas más extrañas que puedas imaginar. Uno va rezando por todos. Es muy agradable ese paseo.

No faltó probar el jugo de granada que es muy típico en los puestecillos. Así me lo recomendó Roberto en Diriamba antes de partir. Me lo recomendó y me lo pagó, así que tenía que cumplir ese propósito:


Ya ven que me he convertido en un buen guía. Estoy dispuesto a volver con quien me lo proponga.

1 comentario:

abbé Quirós dijo...

¡Muy bien! Esto es lo que más esperaba..., que te queden grabadas las Puertas de Jerusalén y luego puedas ir de nuevo con la imaginación hasta el Santo Sepulcro.

En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...