lunes, 23 de marzo de 2020

Serenidad


Hoy hace 26 años que don Álvaro se marchó con Jesús al Paraíso.

Me parece conveniente ir a una de las reflexiones de la "Novena de la Serenidad al Beato Álvaro del Portillo, para alcanzar la paz del corazón":

"Concédeme, Dios mío, la gracia de imitar al Beato Álvaro en el modo sereno y confiado con que aceptó la enfermedad, el malestar, el cansancio, el dolor y la misma muerte.

Señor, si permites que en mi vida se presente el dolor del fallecimiento de una persona querida, o el sufrimiento de una crisis familiar, o la angustia del paro..., tiéndeme tu mano amorosa e infúndeme aquella confianza filial que, como decía San Josemaría, nace de la fe en la Providencia y del abandono sereno y alegre a tu santísima Voluntad.

Haz que, siguiendo el ejemplo del Beato Álvaro, sepa abrazar la Cruz unido amorosamente al Sacrificio redentor de Cristo, y procure seguir el consejo de San Pedro: Descargad sobre Él todas vuestras preocupaciones, porque Él cuida de vosotros (1 Pd 5, 7).

Ayúdame a comprender la verdad de estas palabras del Beato Álvaro: 'Si todos nosotros ponderamos, amamos, nos abrazamos a la Voluntad de Dios, gustaremos del sabor incomparable de estar con la Trinidad, aun en los momentos más duros' (Beato Álvaro, Homilía, 14-II-1992)"

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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...