El pasado viernes asistí a la ordenación de 10 nuevos sacerdotes de la Arquidiócesis de Managua.
Coincidió con lo que leí de un sabio cardenal de la Iglesia Católica, que me impactó:
"Nos hemos olvidado de dejarnos sumergir en Cristo. Hemos querido llevar a cabo nosotros solos y conforme a nuestros proyectos humanos lo que solo Él es capaz de hacer.
Los sacerdotes se han visto a sí mismos como directores de un proyecto generoso, pero demasiado humano. Hoy muchos han dejado de asumir su propio misterio. Aun así, son en medio de nosotros el recuerdo incesante de la irrupción de Dios en el corazón del mundo.
Es urgente que los cristianos digan a los sacerdotes quiénes son.
Es urgente que dejen de pedirles que sean amigos simpáticos o managers eficaces.
¡Hoy me gustaría que cada cristiano saliera en busca de un sacerdote y le diera las gracias por lo que es! No por lo que hace, sino por lo que es: ¡un hombre radicalmente entregado a Dios!"
(En la foto, revistiendo a Jimy con los ornamentos sacerdotales: ¡Sacerdote de Jesucristo!)
1 comentario:
El sacerdote,una ves que se ordena vive solo para Cristo,sera otro Cristo en la tierra, cargará con su Cruz de cada día,siendo dicipulo,no maestro, sabiendo que al final de la vida sera transfigurado, ver a Crsito cara a cara en cada Eucaristía."que bien que eatoy aqui hagamos tres choza, pero srria una gran tentación del sacerdote construir su.propia choza, si lo construye no podra beber la copa de la salvación, lo mejor es que no sea mi voluntad, sino tu voluntad Señor, el estar crusificado en una cruz con Cristo y para Cristo.Felicidades P.Jimmy Alberto Pavón.
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