Meditando en la Carta del Papa Francisco "La alegría de amar" sonaba el eco de las palabras del Señor: Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Limpios de corazón. Corazón significa el ser entero. El ser entero de una criatura espiritual de carne. Alma y cuerpo, potencias y sentidos, ojos, oídos, lengua, memoria e imaginación. emociones, sentimientos, inteligencia, voluntad...en una palabra todo el ser.
Así nos ha hecho Dios a los hombres. Así llegaremos al Cielo. Así podemos y debemos amar y ser amados por toda la eternidad. Así, desde ahora, me puedo entregar.
Y pensaba, sonriendo: Somos como el "Pastel de carne" Ojadre y carne de carrillera... Estamos, como se suele decir, "para comérnoslos" De hecho Dios nos dice: ¡cómeme!
El pastel de carne murciano es una receta árabe para algunos, datada en la edad media para otros o incluso una apropiación musulmana de una receta del tiempo de los romanos que ha logrado llegar a nuestros días con el mismo sabor y la misma fuerza con la que nació.
Riquísimo. En la foto el pastel de carne, servido sobre papel, con su especialísimo corte, con las aceitunas aliñadas y una caña de cerveza.
Por cierto, ha llegado a mis oídos la noticia que la pastelería conocida como "Barba" en la calle de Riquelme, donde mejor hacen esta joya de la gastronomía murciana, va a cerrar. ¿Será acaso el fin del mundo?
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