martes, 15 de diciembre de 2015

La sonrisa de una madre


Cuenta el anterior rector del Santuario de Torreciudad:

 "No sé si os habréis dado cuenta de que la Virgen sonríe...bueno...no os habréis dado cuenta porque está fatal iluminada. No han conseguido iluminarla como Dios manda. Esa es mi asignatura pendiente, me voy a ir de Torreciudad sin conseguirlo. Pero si os fijáis, la Virgen sonríe.

Una vez me escribió un señor para contarme que tenía una nieta ciega que quería conocer Torreciudad y preguntaba si sería posible que le dejara tocar cosas del santuario.

Yo les dije que vinieran y que todo lo humanamente tocable lo tocarían. La niña tenía 10 años, iba con sus abuelos y le fui explicando el santuario. Fuimos al rectorado donde hay una réplica exacta de la talla de la Virgen y la niña empezó a acariciar la cara y exclamó 'la Virgen está sonriendo'. Yo me emocioné porque lo que muchos no sabíamos ver y que nos resulta tan necesario -la sonrisa de una madre- lo habían captado las manos de una niña ciega".


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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...