lunes, 14 de diciembre de 2015
Confesión
Desde mi casa en Villa Fontana, a unas tres cuadras al sur y dos al oeste, se encuentra una de las Puertas Santas que se han abierto con motivo del Año Jubilar de la Misericordia.
Razonable que el Arzobispo de Managua haya asignado esta parroquia ya que está dedicada a Jesús de la Divina Misericordia.
Hace poco me invitaron a dar una charla allí sobre el Sacramento de la Confesión, que como dice el Papa Francisco hemos de poner convencidos en el centro de este año jubilar porque nos permite experimentar en carne propia la grandeza de la misericordia.
Recordé que una "CONFESIÓN" bien hecha tiene 4 cualidades que empiezan por "C":
- CLARA: Llamando a las cosas por su nombre, sin excusas, sin generalidades, especificando la acción u omisión.
- CONCISA: Breve. No ir con cuentos, ni con los pecados de los vecinos, ni con los de la suegra, ni con los de la nuera, ni con los de la cuñada, ni con los del marido... Lo que el Señor desea es curarte a vos, fortalecerte a vos.
- CONTRITA: ¡Esto es lo más importante! El dolor de Amor y la conversión. (que no significa no volver a caer) Regresar, dejarse abrazar por Dios.
El Papa Francisco nos está enseñando una bellísima oración: "Señor, yo soy un pecador, Señor, yo soy una pecadora, ven con tu misericordia"
- COMPLETA: Es decir, sincera. Y un consejo: Lo que más duela, lo que más cueste para rectificar, decirlo lo primero. Hemos de salir de la Confesión gozosos.
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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...
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