domingo, 5 de julio de 2015
Desde Panamá
He vuelto de nuevo a Panamá para pasar unas semanas.
Ya instalado en Cerro Azul, la casa de convivencias, a la salida de mi habitación me encuentro casi casi en la bahía de la hermosa ciudad. La prueba es la foto que inmediatamente hice.
Y recojo un fragmento precioso de la Carta del Papa Francisco sobre "nuestra casa común":
"Todo el universo material es un lenguaje del amor de Dios, de su desmesurado cariño hacia nosotros. El suelo, el agua, las montañas, todo es caricia de Dios. La historia de la propia amistad con Dios siempre se desarrolla en un espacio geográfico que se convierte en un signo personalísimo, y cada uno de nosotros guarda en la memoria lugares cuyo recuerdo le hace mucho bien. Quien ha crecido entre los montes, o quien de niño se sentaba junto al arroyo a beber, o quien jugaba en una plaza de su barrio, cuando vuelve a esos lugares, se siente llamado a recuperar su propia identidad" (Laudato Si 84)
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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...
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