miércoles, 8 de noviembre de 2017

San Severino


Hoy he celebrado la Misa votiva en honor de San Severino mártir. ¿Por qué? Un poco de historia:

En 1957, el cardenal Marcello Mimmi, arzobispo de Nápoles, regaló a san Josemaría las reliquias del santo, que se custodiaban en la sacristía de la iglesia del Gesù Vecchio.

En Nápoles, la devoción a las reliquias es una de las cosas que más llaman la atención a quien visita las iglesias de la ciudad.
En la del Gesù Vecchio, la misma en cuya sacristía se encontraban las reliquias de san Severino, hay una capilla con dos altas paredes totalmente recubiertas de relicarios, cada uno bien identificado por el santo o la santa del que conserva los restos.
Del patrono de Nápoles, San Jenaro, la catedral custodia como uno de sus mayores tesoros la célebre reliquia de su sangre.

De la vida de san Severino se sabe poco: según la tradición, es un soldado romano que fue martirizado en el siglo II o III. El Martirologio Romano de 1930 añade que habría sido martirizado bajo Diocleciano, y que sus reliquias se conservaron en unas catacumbas romanas.
Su figura aparece asociada a los cuatro mártires romanos de la Via Labicana.
Severino significa austero, firme: el nombre puede ser un título póstumo en memoria de su martirio.

Actualmente, las reliquias de ese mártir son veneradas en un oratorio dedicado a san José, en Villa Tevere, sede central del Opus Dei en Roma. (foto: debajo del altar, dentro de la figura de un soldado romano)

En 1958, la Santa Sede concedió la facultad de que en los centros del Opus Dei se celebrara la misa de san Severino el primer día del mes de noviembre libre de otras conmemoraciones.
El 25 de marzo de 2013 la Congregación para el Culto divino y la Disciplina de los Sacramentos -en continuidad con esa facultad- fijó el 8 de noviembre como el día para que se celebre esa Misa votiva en honor de san Severino.
De este modo, se vincula su recuerdo con la antiquísima tradición de los mártires de la Via Labicana, celebrados durante siglos en esa fecha.

San Josemaría quiso que esa concesión de la Santa Sede para celebrar esa Misa fuera una ocasión para que sus hijos reforzaran más y más la unión con el corazón de la Obra, precisamente porque sus reliquias se conservan en Villa Tevere, la sede central de Roma.

Para la escritora Carmela Politi las reliquias de san Severino son un emblema de comunión con la Iglesia y con todas las ciudades del mundo.
En efecto, las reliquias de los mártires no son nunca sangre que pide venganza; son, al contrario, una llamada a la unión entre los hombres en Cristo Salvador del mundo.

(Ya he pensado que este año, cuando pongamos el Nacimiento en Navidad, colocaré uno de los soldados romanos que tenemos cerquita del Pesebre...: ¡San Severino!)

1 comentario:

Zenón dijo...

Mucho me temo que ha copiado usted a la letra una nota sobre el asunto escrita por Juan Miguel Ferrer, sin citarlo. !!..¡¡

En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...