lunes, 7 de mayo de 2018

Consejos al hijo sacerdote


El pasado sábado hubo ordenación sacerdotal en Roma. Marta y Manuel son los papás de uno de los nuevos sacerdotes. Hace pocos días contestaron a algunas preguntas sobre este acontecimiento familiar. Entresaco algunas de sus respuestas:

¿Qué significa para unos padres cristianos tener un hijo sacerdote?

- Marta: Muchas veces me he preguntado en estos meses el porqué de nuestra suerte, ya que nuestro hijo -el único varón que tenemos-, va a celebrar todos los días la Eucaristía y a administrar los sacramentos. Dios nos ha mirado para que nuestro hijo sea su ministro en la tierra: para que pueda perdonar, bautizar, consolar, aconsejar y, sobre todo, traer a Jesús en la Eucaristía. No bastan las palabras para dar gracias a Dios.

- Manuel: Cada día pedimos por su fidelidad y por su perseverancia, porque de alguna forma nos afecta a nosotros. Su ordenación no nos imprime carácter, pero sí unas obligaciones nuevas. O, mejor dicho, las mismas de siempre, pero con más fuerza. Seremos padres de nuestro hijo y padres de un sacerdote; nos sentimos urgidos a rezar por él continuamente.

¿Qué consejos le habéis dado?

- Marta: Que rece mucho y se agarre a la mano de la Virgen. Si está agarrado de su mano, nunca le va a pasar nada y será un buen sacerdote. Tiene una Madre en el cielo mucho mejor que la de la tierra.

- Manuel: Yo no me he atrevido a aconsejarle nada todavía, pero sí le daría un consejo muy material: cuida las manos, porque a partir de ahora las necesitas para traer al Señor al mundo.

¿Y qué consejos os han dado a vosotros?

- Marta: Un sacerdote me ha aconsejado en estos días que lea el Magnificat para dar gracias a Dios porque, salvando las distancias, ha hecho cosas grandes en mi familia. Hay unas palabras de un salmo que últimamente me vienen mucho a la cabeza: "el Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres"

¿Cómo acompaña el sacerdote a los de su familia?

- Marta: El sacerdote en una familia podríamos decir que es una referencia moral. Da mucha paz tener una persona que reza por todos, que está pendiente y nos va a acompañar a nosotros cuando nos muramos. Tener un sacerdote en la familia es tener un pasaporte para estar más cerca del Señor, para los padres y para los hermanos también.

- Manuel: Hay veces que no sabes cómo hacer para que los miembros de la familia estén cerca del Señor, pero los sacerdotes lo hacen con mucha naturalidad, incluso con personas que están muy alejadas, porque los miramos de otra manera. Tener un sacerdote compromete a la familia, nos invita a comportarnos de otra manera.

- Marta: Desde hace un año, hay muchas personas que en distintos momentos me han dicho: ¡qué suerte tenéis! Dios os ha mirado con predilección y al único hijo que tenéis -pues a Manuel le siguen cuatro chicas- le ha dado la vocación sacerdotal, que es lo más grande que puede pedir una madre para su hijo.

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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...