Al cumplirse hoy, 2 de octubre, un nuevo aniversario de la Obra que Dios inspiró a san Josemaría con la misión de decirle a todos los hombres y mujeres de todas las condiciones, que allí donde se encuentran, allí donde viven, allí donde trabajan, pueden encontrar a Dios, he recordado unas palabras del Fundador del Opus Dei en una carta suya de los primeros años donde citaba cómo interesa a Nuestro Señor que gentes claves en todas las ciudades y pueblos tengan deseos de santidad.
"Personal de las corporaciones municipales, maestros, barberos, vendedores ambulantes, farmacéuticos, comadronas, carteros, mozos de restaurantes, sirvientas, voceadores de periódicos, dependientes de comercio, etc"
Un día de estos he de pararme en cada semáforo de mi itinerario habitual mañanero y decirle a mis amigos que me ofrecen diariamente el periódico: "Vos, y vos, y vos... si querés, podés ser santo, podés ser santa..."
Como el Papa Francisco decía, refiriéndose a los hombres y mujeres que siguen este espíritu: "damos gracias a Dios que embellece el rostro de la Iglesia con la santidad de sus hijos"
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