jueves, 18 de enero de 2018
Chile
Ahora que con el viaje del Papa Francisco Chile ha estado más en el candelero, no puedo dejar de mencionar la grata impresión que me ha producido la lectura de una semblanza de Adolfo Rodríguez Vidal, quien comenzó la labor del Opus Dei en ese país, él solo, allá por 1950.
El libro se titula: ¿Te atreverías a ir a Chile? escrito por Cristán Sahli.
Son muchas las anotaciones que he sacado.
Por ejemplo el comentario de una chica que conoció al sacerdote en aquellos comienzos porque don Adolfo fue invitado a la casa por los padres de la chica: A Mónica se le grabó el comentario sobre la santificación del trabajo ordinario. Le produjeron un fuerte impacto esas palabras que nunca olvidó, más que por su contenido, que no alcanzaba a comprender en profundidad, por la personalidad y madurez de ese joven sacerdote, y el peso que tenía todo lo que decía.
Otra: En la primera meditación que dirigió al pequeño grupo de mujeres de la Obra, ellas la resumieron así: "Ha sido todo tan emocionante y la oración tan magnífica que aún nos dura la impresión y creo que no la olvidaremos nunca. Nos ha hablado, comentando el salmo 2, de lo que el Señor nos da: 'Pídeme y te daré por herencia todas las posesiones de la tierra...' Nos ha dicho que el Señor nos ha dado esta ciudad 'Santiago del otro Extremo' Tendremos que prenderle fuego, hacer que arda..." Ese fuego que Cristo dijo que ha venido a traer a la tierra, el fuego de la caridad.
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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...
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