martes, 26 de diciembre de 2017
Detalles de mi "belén"
El "Nacimiento" de mi casa en Villa Fontana me gusta. ¡Me gusta mucho...!
Rodeando al pesebre, asomándose para ver el primer sueño del Niño-Dios, muchos ángeles. Entre ellos el mío...
Yo digo que es un "belén andino" pues es una gran montaña, una cordillera de norte a sur.
A un lado el bullicio de las gentes: comerciantes, herreros, carpinteros, ganaderos, militares, abogados...
Al otro lado, en el silencio, ¡la trinidad de la tierra!: María, José y envuelto en pañales y reclinado en el pesebre ¡nuestro Redentor!
Hay que superar los obstáculos, a veces verdaderas montañas, que nos separan de Él.
El ángel ayuda para encontrar el desfiladero: "Mi ángel marchará delante de ti" dice la Sagrada Escritura.
¡Lo conseguimos! Ya estamos al otro lado dispuesto a adorar a nuestro Jesús y a cantarle, y a besarle...
Y a quedarnos largos ratos en oración, aunque nos pueda pasar como a "Pencho" el perro dormilón. Eso sí a los pies de su Amo.
Hay un Pastor de blanco que llama mi atención. Está en la periferia de mi "belén", con olor a oveja y dirigiéndose también hacia el "misterio". Lo identifico con el Papa Francisco, quien nos ha recordado en esta Nochebuena que hemos de ser protagonistas de la vida que nos rodea: "En este Niño, Dios nos hace protagonistas de su hospitalidad"
Hay muchos detalles más en mi "belén" Y no me importa esta vez alargar el cuento, porque ahí está nuestra bienaventuranza. ¡Tengo toda la Navidad por delante, hasta el 7 de enero!
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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...
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