Termino la serie de las Olimpiadas con una de las mejores fotos.
Y precisamente hoy el Evangelio de la Misa de este domingo es muy apropiado:
"- Señor, ¿son pocos los que se salvan?
Él les contestó:
-Esforzaos para entrar por la puerta angosta... Y vendrán de oriente y de occidente y del norte y del sur y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios. Pues hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos" (Lucas 13, 23 ss)
Y el comentario del Papa Francisco:
"¡La puerta de la misericordia de Dios es angosta pero siempre abierta de para en par para todos! Dios no tiene preferencias, sino recibe siempre a todos, sin distinción. Y la salvación que Él nos dona es un flujo incesante de misericordia: un flujo incesante de misericordia que derriba toda barrera y abre sorprendentes perspectivas de luz y de paz. La puerta angosta pero siempre abierta: no olviden esto. Puerta estrecha, pero siempre abierta de par en par."
De par en par, como los brazos del Cristo Redentor del Corcovado, en la silueta del horizonte mientra seguimos navegando, como en la fotografía de las Olimpiadas de Río 2016
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