Llamó la atención la cantidad de jóvenes en la beatificación de don Álvaro. Y no sólo entre los equipos de voluntarios, que tanto contribuyeron al amable desarrollo de los actos. Actos multitudinarios, pero no masivos.
Platicando y escuchando a algunos de esos jóvenes se notaba que sabían de don Álvaro, que estaban muy contentos con su beatificación.
Quizás lo que les atraía de don Álvaro fuera su mirada llena de cariño, tan acogedora. Y a los jóvenes, aunque parezcan que son despistados, que no se fijan... ¡vaya si lo hacen!
Y descubren enseguida la autenticidad de una persona. Y eso atrae, eso ayuda, eso enriquece...
Dentro de todos sus consejos, hondamente juveniles, don Álvaro también supo darle la vuelta a una expresión que gusta mucho a los jóvenes: el famoso "carpe diem", pero que suele utilizarse en un sentido poco cristiano: ¡Vive el momento, haz lo que te brote...!
Es una expresión latina, me parece que de Horacio, que significa "aprovecha el día presente...la vida es corta y hay que apresurarse a gozar de ella"
Don Álvaro animaba al momento presente, pero para "recomenzar" en nuestra vida cristiana. Al estar en el mundo, el mundo estudiantil, hay clases, exámenes, competencias, viajes, encuentros... Puede haber contratiempos, tropezones... Pero si alguna vez pasa algo "A pedir perdón al Señor y a comenzar de nuevo. No tengas miedo a lo que pasará mañana. Vive al día, hijo mío"
(En la foto, jóvenes estudiantes del CONGO y de CANARIAS, que coincidieron en el mismo alojamiento durante los días de la beatificación de don Álvaro)
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