jueves, 9 de octubre de 2014
Amor verdadero
El amor es lo único que nos hace capaces de renunciar a nuestros propios deseos por un bien mayor.
Una mujer le decía a su esposo: "Deseo amarte como Dios te ama. Deseo cuidarte toda mi vida como Él te cuida, protegerte, ayudarte a caminar. Deseo que seas feliz. Deseo partirme sin reserva, cada día. Deseo vivir cada día como una niña confiada, deseo pasar cada día haciendo el bien como Jesús. Deseo acoger en mi corazón a todos. Pero, sobre todo, deseo que tengas siempre un lugar en mí, poderte siempre responder, ser siempre tu descanso, que en mí puedas descansar. Poder siempre acoger todo lo que vives"
Sigamos orando para que el Espíritu Santo ilumine a los Padres sinodales en la exposición de la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio y la familia, de capital importancia para que la sociedad civil vuelva a caminar, en todas partes, por las sendas que Dios -en su amorosa providencia por los hombres- ha señalado.
(En la foto, Luis y Masiel en Barcelona)
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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...
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