miércoles, 10 de octubre de 2018

Esperanza cristiana


"Quizás más de uno se pregunte: los cristianos, ¿en qué debemos esperar?

El mundo nos ofrece muchos bienes, apetecibles para este corazón nuestro. que reclama felicidad y persigue con ansias el amor...

Por desgracia, algunos, con visión digna pero chata, con ideales exclusivamente caducos y fugaces, olvidan que los anhelos del cristiano se han de orientar hacia cumbres más elevadas: infinitas.

Nos interesa el Amor mismo de Dios, gozarlo plenamente, con un gozo sin fin...

No nos ha creado el Señor para construir aquí una Ciudad definitiva, porque este mundo es el camino para el otro, que es morada sin pesar.

Sin embargo, los hijos de Dios no debemos desentendernos de las actividades terrenas, en las que nos coloca Dios para santificarlas, para impregnarlas de nuestra fe bendita, la única que trae verdadera paz, alegría auténtica a las almas y a los distintos ambientes.

Urge cristianizar la sociedad; llevar a todos los estratos de esta humanidad nuestra el sentido sobrenatural, de modo que unos y otros nos empeñemos en elevar al orden de la gracia el quehacer diario, la profesión u oficio.

De esta forma, todas las ocupaciones humanas se iluminan con una esperanza nueva, que trasciende el tiempo y la caducidad de lo mundano"

(San Josemaría. Amigos de Dios 209-210)

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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...