"Entonces se le acercó el tentador... (Mateo 4, 3)
"Entonces lo dejó el diablo y se acercaron los ángeles para servirle. (Mateo 4, 11)
La maldad del demonio consiste en preferirse a sí mismo.
Cuando un ser personal alcanza a saberse hijo de Dios, no debe quedarse en la pasividad. Debe, al contrario, preferir a Dios a sí mismo.
La maldad del demonio es la autosatisfacción.
La soberbia de llamarse Lucifer.
La acción del demonio, en tanto que angélica, es misteriosa para nosotros, pero ángeles tenemos para no ser engañados.
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