domingo, 19 de marzo de 2017
Agua viva
"Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, le pedirías tú, y él te daría agua viva" (Juan 4, 10)
Los expertos dicen que cuando un niño nace, su cuerpo posee el 75% de agua. Una persona adulta posee 65% de agua.
Siendo el agua un elemento imprescindible en la vida del cuerpo humano, no se puede vivir sin este líquido vital.
Pero hay una sed en la vida del ser humano que no se sacia con agua natural. Es una sed existencial, sed de ser feliz, sed de sentirse amado y valorado por alguien.
La samaritana había tenido cinco maridos y uno que no le pertenecía. Y sigue sacando agua de un pozo de agua estancada. Por lo tanto su sed no es saciada, sigue vacía, sola, cansada.
Jesús quiere saciar su sed existencial, su sed de amor.
¿Y vos? ¿Cuál es tu sed? ¿Dónde buscas saciar tu sed?
Hoy te propongo: Bebe del agua viva del amor de Cristo y no de tu pozo de agua estancada.
(Gracias, P. Félix Pedro Jirón por esta reflexión)
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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...
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