Hace meses mi prima Amali me comentó que había conseguido un escuadrón de ángeles negros para el "belén" de mi hermano Federico en Lubumbashi y me preguntaba si yo quería otros tantos para el "nacimiento" de Managua.
Al decirle que sí, me preguntó ¿de qué color?
Le respondí que mitad blanquitos, mitad negritos.
Emocionada, cuando la visité recientemente en su casa de Murcia, me enseñó todos los angelitos dispuestos para la travesía trasatlántica. Pero eran todos blancos...
¿Y los negritos, le pregunté?
¡No recordaba el pedido!
Apuradísima -yo regresaba al día siguiente- se movió por entre todos los talleres conocidos hasta poder conseguir uno, que vino acomodado en la caja de cartón junto a sus hermanos.
(Me pregunto si entre las criaturas puramente espirituales se puede hablar de fraternidad angelical)
Sea como sea ya están preparados para despegar y ocupar su puesto en el "nacimiento" de Villa Fontana ayudándonos a ser verdaderos hermanos de Jesús y entre nosotros.
Ah! Y el perro ya tiene nombre: ¡Pencho!
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