martes, 25 de octubre de 2016
Resplandeciente
Con lo que se lee estos días en la primera lectura de la Misa, me doy cuenta que ya los primeros cristianos tuvieron auténticas charlas de orientación familiar.
Así los de Éfeso y aledaños con san Pablo:
"Maridos, amen a sus esposas como Cristo amó a su Iglesia y se entregó por ella para santificarla, purificándola con el agua y la palabra, pues él quería presentársela a sí mismo toda resplandeciente, sin mancha ni arruga ni cosa semejante, sino santa e inmaculada.
Así los maridos deben amar a sus esposas..." (Efesios 5, 25-28)
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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...
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