domingo, 28 de diciembre de 2014
La caja dorada
Hace ya un tiempo, un hombre castigó a su pequeña niña de tres años por desperdiciar un rollo de papel de envoltura dorado.
El dinero era escaso en esos días por lo que explotó en furia cuando vio a la niña tratando de envolver una caja para ponerla debajo del árbol de Navidad.
Sin embargo la niña, en la noche del 24 le llevó el regalo a su padre y le dijo: Era pata ti, papá.
Él se sintió avergonzado de su reacción de furia.
Pero volvió a explotar cuando vio que la caja estaba vacía. Le volvió a gritar diciendo: ¡No sabes que cuando das un regalo a alguien se supone que debe haber algo adentro!
La pequeña volteó hacia arriba con lágrimas en los ojos y dijo: -Oh papi, no está vacía, yo soplé besos adentro de la caja. Todos para ti, papi.
El padre se sintió morir. Puso sus brazos alrededor de la niña y le suplicó que le perdonara.
Se ha dicho que el hombre guardó esa caja dorada cerca de su cama por años y siempre que se sentía derrumbado tomaba de la caja un beso imaginario y recordaba el amor que su hija había puesto ahí.
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En Nicaragua, como en otros lugares, cuando uno tiene grandes deseos de contar cosas a los familiares, amigos colegas...y no hay tiempo, trata de resumir anteponiendo ese "para no hacerte largo el cuento". Pero ni así...
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