Adelanto la publicación de la C-19 porque el sábado 9 de abril estaré en Honduras, en unos días de Retiro Espiritual, previos al Triduo Pascual. Aquí va, pues, la carta al Cielo:
Kinshasa. 9 de abril de 2022
Mamaíca mía:
Algunas veces me contabas que cuando era un pequeñajo, en la finca que nuestra tía-abuela Pilar tenía en Los Alcázares (Con su balsa, su era y sus conejos), por la noche, sentada toda la familia al fresco, veíamos pasar un tren, que ocultaba, no más de un minuto, el horizonte.
Y te reías diciéndome que yo chapurreaba: "No m'atesto hasta que no pase el ten". (No me acuesto hasta que no pase el tren).
En estos primeros días de abril, cuando subo por el camino que me lleva a Monkole, hay una gran casa, sin terminar de construir y muy cochambrosa, en la que viven varias familias.
Aquí tienes una foto cuando aún están todos durmiendo. Es la casa de los arcos:
Muchos niños juegan en lo que debían haber sido varias terrazas,
Al pasar (sin ser yo un tren), los críos comienzan a gritar cosas muy graciosas, chapurreando también.
El 30 de marzo, tu cumpleaños, estaban jugando al 1, 2, 3, Soleil! Uno de ellos se pone de cara a la pared y cuando dice "Soleil", se vuelve para ver a los que se están moviendo y enviarlos al gallinero.
Yo jugué también a eso en el "terrao" (terraza de la azotea) de casa, con Alfredo y los primos.
Pues bien, ahora que se acerca la Pascua, me imagino que tú te vuelves para que yo me pare a descubrir lo que no fue bien y lo que no va bien en mi vida.
Una vez arrepentido, sigo el juego..., esperando llegar pronto a donde tú estás.
Te quiere mucho tu hijo
Fede
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